Convencidos de la necesidad de la paz para Colombia, los propietarios de una empresa de alimentos, decidieron darle una segunda oportunidad a quienes fueron parte del conflicto armado del país.
Víctimas de la violencia, excombatientes de las FARC, desmovilizados de las autodefensas y militares condenados por falsos positivos, conviven en armonía y trabajan unidos para que los productos que elaboran tengan la mejor calidad.