Se hundió el proyecto de ley que buscaba un cambio en el etiquetado frontal de las bebidas azucaradas y alimentos ultraprocesados.
Esta pretendía dar una advertencia visualmente llamativa de los productos no saludables como una medida de salud pública orientada al control de la obesidad, especialmente en niños y adolescentes.
La organización Red Papaz manifestó que detrás de la decisión podrían estar otros intereses comerciales y que el 67% de los colombianos consideran que los sellos frontales les permiten entender cuándo un producto es perjudicial para la salud.