En el centro de bienestar La Perla hay un grupo de perros, que llevan la mayoría de sus vidas allí sin ser adoptados.
Por esto la fundación instintos decidió entrenarlos y convertirlos en animales de terapia.
Varios de estos ejemplares cuentan con un adiestramiento especial que los certifica como perros no agresivos, tranquilos, obedientes y con varias habilidades útiles para compartir un hogar con niños, personas con discapacidad o con trastornos de depresión.

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