Una botella de plástico pet puede demorar hasta mil años para degradarse.
En Medellín un equipo de emprendedores le da a estos recipientes un nuevo uso para convertirlas en monturas de gafas puede durar muchos años y no ser desperdicio que puede llegar al mar.
Un accidente tan común como sentarse en las gafas le encendió la chispa de la creatividad a José Pablo para crear monturas a partir de botellas plásticas de agua o gaseosa.
La materia prima la consigue en alianza con una empresa de reciclaje.
Y es que según José Pablo toda la vida ha tenido la afinidad de crear y destruir, según él, para darle paso al ingenio en crear en impresión 3D todo lo que a sus clientes se les ocurra entre ellos tener una montura personalizada y exclusiva.
Si se antojó de tener un marco para las gafas diferente y además ecológico los puede buscar en redes sociales como Polymaster.
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