El único intérprete jurídico del país, vive en Medellín. Un hombre que por más de 25 años se ha dedicado a acompañar a personas con discapacidad auditiva en procesos judiciales.
Un trabajo que le exige estar disponible las 24 horas del día y que le enseñó a ver la vida con otros ojos, pues su hija de 18 años tiene una discapacidad cognitiva que la hace ser única y especial.