Las armas traumáticas o de letalidad reducida con munición traumática son aquellas que se usan generalmente para la práctica de deportes en campo abierto y polígono, que se pueden adquirir sin ninguna restricción; al ser réplicas exactas de armas de fuego ha ocasionado que se usen con fines criminales.
Por: Gina Álvarez
Con un proyecto de ley, que cursa su trámite ante el congreso, se busca reglamentar el uso de armas traumáticas en el país, lo que podría restringir su porte, expertos dicen que los requisitos para su compra deben ser igual a la de un arma de fuego.
En lo que va del año, en el territorio metropolitano se han incautado 407 armas traumáticas, en aplicación a la ley 1801 del código de seguridad y convivencia asociada a la afectación a la tranquilidad o a la seguridad en espacios públicos.
“No existe una regulación en Colombia, al menos, sobre estas armas que pueden llegar a ser intimidantes frente a terceros, que pueden ser letales o que pueden generar lesiones o daños graves a las personas”, afirmó Ricardo Salgado, abogado penalista.
Una persona que lesione a otra con un arma de letalidad reducida puede ser sujeta de un proceso penal por lesiones personales y sancionado, dependiendo al nivel de daño ocasionado, según los expertos se debe regular su venta bajo unos estándares básicos y no como hoy, que se pueden adquirir por internet sin ningún tipo de requisito.
“Es un tema que no solamente en Colombia se está dando, sino que, a nivel mundial, a nivel Latinoamérica es muy fuerte el desarrollo de esas discusiones en relación a lo que es restringir o prohibir o administrar el uso de este tipo de armas en la población”, indicó Jorge Vidal, analista de inteligencia delictual.
“Cada estado de Latinoamérica tiene que ver qué hacer con esto, porque este tipo de armas están siendo utilizadas por menores y por otro tipo de delincuentes que no son menores, para delinquir” dice Alexis Cuellar, director del Club de Tiro.
Instructores de tiro, como Sergio Cifuentes resaltan la importancia de obtener capacitación para la adquisición de armas de baja letalidad. “Si nos vamos a la razón principal social de que si tu compras un elemento, digamos una moto, entonces, ¿qué tal si no te exigieran curso, ¿Qué pasaría?”
En el 2020, se incautaron 1.286 armas de letalidad reducida, 7 por ciento más que en 2019.