Sensación de calidez, un bienestar que empieza de los pies a la cabeza, desinhibición, levitación mental y un sinfín de emociones que provocan las drogas adictivas, tales como el éxtasis.
Becoña y Vázquez (2001) señalan que el consumo de psicotrópicos puede presentarse de forma experimental, social, regular, intensa y compulsiva, los sujetos podrían cambiar alternativamente entre estos modos y no desarrollar secuencialmente una dependencia.
No obstante, Pascual (2002) indica que hay varios aspectos fundamentales para que se instale la conducta de consumo: la permisividad socio-familiar que tienen las sustancias, la baja percepción de las consecuencias negativas del consumo y la percepción de control sobre el consumo cuando se hace de forma ocasional o recreativa.
Este contenido referente al consumo de drogas pretende educar; no incentivar.
El medio Deutsche Welle en su documental “fiestas, drogas y excesos” señala que la forma del éxtasis era diferente hace 10 años, por lo que su cambio tiene una finalidad bastante particular: verse divertida y accesible de acuerdo a las edades de los individuos interesados. Además, cuentan que la composición puede acompañarse con otra sustancia psicoactiva diferente al MDMA. En Berlín, las personas pueden comprarla desde el anonimato por grupos de Telegram, y la mayoría son de libre acceso.
En Portugal, el consumo de drogas, ya sea éxtasis cannabis u otras; no es legal, pero está despenalizado desde el 2001; junto a Países Bajos, Portugal se centra en la educación y en la distribución controlada en vez del castigo. Sin embargo, hay países en los que sigue siendo ilegal y penalizada la comercialización sustancias psicoactivas.
No podemos alejarnos mucho, como el caso del sacerdote, Javier Eduardo González Pertuz, quien murió en un bar de Medellín, al parecer, producto de un envenenamiento en donde habría ingerido un coctel de licor mezclado con escopolamina. Hecho que hasta el sol de hoy tienen consternados a los feligreses.
Pero, ¿por qué se droga la gente?
La doctora Andrea Jungaberle le contó al medio DW que la gente se droga para alejarse de un estado emocional poco agradable, como también existe la posibilidad de drogarse para buscar un estado más placentero o que potencie la sensación por la que está pasando la persona.
Incluso, los animales se drogan: los delfines lo hacen con el veneno del pez globo, ellos muerden y golpean al pez para que este último libere una sustancia llamada tetrodotoxina, y es la que provoca la sensación de volado en los delfines.
Así pues, el consumo de drogas es decisión de cada individuo, puesto que hay quienes la asocian con oscuridad, prohibición y muerte, como también están los que encuentran en su uso una manera de escapar de la realidad… aunque esta misma permanece ahí cuando vuelven del viaje.
Periodista: Sandra Segovia Marín
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— Hora13 Noticias (@hora13noticias) May 10, 2023
Fuente de investigación: https://www.medigraphic.com/pdfs/epsicologia/epi-2017/epi171h.pdf