En Barrio Triste tanto los andenes como las vías permanecen día y noche invadidas por vehículos abandonados y en reparación. Muchos de estos son desarmados en vía pública y sus partes vendidas, dejando solo el chasis.
Usuarios de esta zona denuncian que son pocos los operativos para recuperar la movilidad, cada vez más complicada.
Por eso están a la expectativa de la nueva administración y los planes de recuperación del barrio que se niegan a que sea triste y recupere el corazón, su verdadera identidad.