A punta de recetas y un lenguaje particular, “Vickingo” es figura en las redes sociales
Un accidente de tránsito cambió la vida de Víctor Rivera para siempre, pero ese día nació un guerrero, “Vickingo nace hace once años, cuando perdí mi pierna, se la entregué a Dios porque me estaba afectando demasiado, entonces yo combino ese guerrero con lo que es Víctor, no hay limitaciones, no hay discapacidades, todo se maneja en la mente”, narró Víctor Rivera (el Vickingo).
Este trabajador de la calle, como dice él “echado para adelante” tiene un plus que marca la diferencia, algunos lo llaman energía, otros simplemente hablan de lo inspirador que es compartir un rato con este personaje que crece en redes sociales como una bola de nieve.
No importa el clima, el Vickingo hace más de un año está sin falta cada mañana en el semáforo de Colombia con la 70. Como decimos los paisas, llueve, truene o relampaguee. Víctor deja a su hijo en el colegio y emprende ruta hacia su lugar de trabajo, el semáforo.
“En un momento de necesidad en el hogar, llegué a ese semáforo de la Colombia con la 70 a vender confites, pero me fue regular, entonces pensé en limpiar vidrios, lo hice y todo fue mejorando un poco”, añadió el Vickingo.
Y después de pensarlo mucho, Víctor decidió emprender un proyecto en el que involucró a los seres que le dan sal y pimienta a su vida. Su esposa y su hijo. Todo empezó así, de la nada pero con mucho por hacer.
“Yo llegué del trabajo y le digo a mi esposa, grábeme que vamos a cocinar, ella no lo podía creer” dijo Vickingo entre risas y anécdotas. Así fue como llegó la primera receta a redes sociales, unas alitas apanadas en BBQ con unas arepas de plátano maduro con queso en masa.
Así inició el cocinero Vickingo, el que le cambia el nombre a los productos y cuando los mezcla dice con un tono gracioso, “que se conozcan todos”.
“yo me río mucho, porque él es muy cómico y ocurrente, al principio era confuso porque yo terminaba cogiendo una cosa diferente a la que él nombraba, yo terminaba como enredándome”, dijo la esposa de Víctor, o del Vickingo, María Victoria Rojas.
El Vickingo a punta de recetas cocina sus sueños a fuego lento. Aunque no lo parezca con paso firme se ganó el cariño de todos y es casi una celebridad del semáforo gracias a sus recetas en redes sociales. Cuando pasa un vehículo y lo saludan con un grito o con el pito del carro, Vickingo solo responde, “hey gracias por la energía”.
A medio día recoge el producido de limpiar vidrios. Con ese dinero, compra los ingredientes con los que hace magia en la cocina. Eso sí, con su sello personal, nombrar una cosa cuando se refiere a otra. Por ejemplo.
- La pimienta: la negra que pica
- La zanahoria: Susana su Zanahoria
- El tocino: El papá de pepa
- La mantequilla: Una vaca en barra
- El queso: Una vaca congelada
Lo anterior es el mínimo porque para el Vickingo todo lo que dice es diferente a lo que se ve, lo que no confunde es el resultado de sus recetas que a través de la pantalla parece que tuvieran un olor exquisito. Esto es un trabajo en equipo, porque su hijo es el niño de los postres, Jacobo Rivera es otra estrella de las recetas divertidas, “él es el niño de los postres, porque aquí hacemos postres divertidos”., agregó Víctor.

Así es «la familia Vickingo», un equipo que marcha unido, que sin importar los obstáculos de la vida lo más importante es el sabor que le pongamos al día a día.
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