Los animales más afectados son los mamíferos seguidos de los reptiles, las aves, y los anfibios, de acuerdo con la base de datos de RECOSFA
Un ave con un largo y colorido pico donde se pueden distinguir el amarillo, azul, y morado; de plumaje con vistos azules y de tonalidades verdes como el bosque más tupido se movía con lentitud en una vía de la vereda La Meneses del municipio de Bello, cuando el concejal Daniel Espitia salía de allí.
“A la tucaneta esmeralda la habían golpeado, no sé si fue un carro o una moto, yo tenía conocimiento de que Corantioquia tiene responsabilidad en la atención de la fauna silvestre, entonces la cogí con delicadeza en una cajita y la metí en el carro”, recuerda el concejal.
Tras llevar la tucaneta a un lugar seguro se comunicó a la línea de atención de la fauna silvestre 321 817 5002 de Corantioquia en busca de indicaciones. La persona que lo atendió le dijo que había dos opciones: la primera era esperar en el sitio, porque el equipo estaba en el municipio de Santa Rosa de Osos, o acudir a los bomberos del municipio, Espitia llevó el ave donde estos últimos y allí se activó la ruta con el Área Metropolitana.
El político expresa que hay mucho atropellamiento de fauna silvestre en la zona rural de Bello, argumentando que más que todo este tipo de hechos ocurren en el corredor vial de la ruta de la leche, un punto en el que coincide con Pilar Sepúlveda Paraíso, una habitante de San Félix interesada en temas medioambientales y a quien las personas acuden cuando se encuentran con animales heridos por diferentes motivos.
Pilar expone que, aunque califica como buena la atención que ha recibido de Corantioquia, en su accionar comunitario no ha presenciado que la entidad ambiental llegue a recoger animales heridos, pues, cuenta que siempre hay que llevarlos a las instalaciones de Corantioquia, y hasta ahí llega la responsabilidad de las personas, algo que recuerda precisamente del proceso que llevó a cabo el concejal de Bello al ayudar a la tucaneta.
Sobre el tema Juan Camilo Restrepo Llano, funcionario asociado al componente de fauna silvestre de Corantioquia, comentó que el equipo denominado “Emergencias” está compuesto por dos médicos veterinarios y dos auxiliares veterinarios que cuentan con el apoyo de un vehículo.
Se atienden diferentes emergencias que no están solo asociadas a atropellamiento, sino también a situaciones donde la vida de los animales silvestres está comprometida.
Otro factor importante a la hora de atender este tipo de emergencias y diseñar planes para evitar las muertes de animales silvestres es entender por qué suceden. Retomando el caso de la Ruta de la leche, de la que se habló al inicio, hay variantes como el crecimiento urbanístico, la parcelación, la división de la tierra que afectan directamente el ecosistema y, por ende, el comportamiento natural de la fauna. Hasta el mes de julio del presente año, de acuerdo con la Agencia Nacional de Seguridad Vial, en Antioquia había registro de 522 animales muertos por atropellamiento.
Sobre el tema, Restrepo menciona que el atropellamiento se explica, en parte, porque las vías han sido construidas en lugares que históricamente sirvieron de tránsito a los animales silvestres, ya sea en los recorridos habituales entre los diferentes hábitats o en desplazamientos migratorios.
También, influye el diseño de las vías que pueden ser muy amplias, o con barreras difíciles de franquear para los animales: “las evidencias muestran que después de abrir una vía los eventos de atropellamiento aumentan y luego van disminuyendo, lo que nos hace pensar que algunas especies aprenden a esquivar los vehículos más que otras”, analiza Restrepo, quien luego agrega que a veces la oferta de alimentos en las carreteras hace que los animales acudan a lugares donde se exponen a estos riesgos.
Por fortuna, la tucaneta esmeralda fue atendida rápidamente, pero no siempre sucede, ya que son muchas las zarigüeyas, zorros, perros, iguanas, comadrejas, serpientes, gallinazos, erizos, ardillas rojas, osos hormigueros y cusumbos que mueren tras ser impactados por vehículos.
Los datos sobre el tema son escasos, por ejemplo para 2016 el aplicativo “RECOSFA”, Red Colombiana de Seguimiento de Fauna, creado para recoger información y brindarla a entidades públicas e incidir en la toma de decisiones que reduzcan el número de atropellamientos de animales, calculó que 575.289 vertebrados silvestres fueron atropellados, usando una metodología expuesta por Teixeira, Coelho, Experandio y Kindle.
Ahora bien, de acuerdo con la Agencia Nacional de Seguridad Vial en Antioquia había registro de 522 animales muertos por atropellamiento para el mes de julio de 2024, sin embargo, en el caso de las zonas rurales de Bello es difícil encontrar datos al respecto, pues desde la dirección técnica de medio ambiente no cuentan con estos y en Corantioquia no tienen información específica de atropellamientos.
Por su parte quienes se preocupan por temas de fauna y flora siguen pidiendo una mayor atención a problemáticas como estas, “me duelen mucho los animalitos, me duelen demasiado porque creo que no se le presta tanta atención a sus ecosistemas que están antes de realizar los procesos de urbanización en las zonas rurales”, puntualiza Espitia.
Un artículo informativo de la periodista Sara Marín, ganadora del Primer Concurso de Narrativas Ambientales de Corantioquia, el Poder de la Comunicación Ambiental 2024.
Conoce más de Corantioquia y su misionalidad en www.corantioquia.gov.co
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