Dos mafiosos italianos ya han sido capturados en la ciudad de la eterna primavera
Recientemente, Medellín ha sido escenario de la captura de dos capos italianos, Gustavo Nocella, alias Ermes, y Luigi Belvedere, alias El Colombiano. Estos arrestos evidencian que la ciudad no solo es un punto de tránsito para el narcotráfico, sino también un refugio para criminales con conexiones internacionales.
El secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Manuel Villa Mejía, destacó que el crimen organizado en la ciudad tiene un alcance trasnacional. “Los negocios criminales que se realizan aquí trascienden fronteras y están conectados con estructuras de otros países”, afirmó.
Este fenómeno ha llevado a la Administración municipal a intensificar su colaboración con la Policía Nacional en una lucha estratégica contra las organizaciones criminales, tanto locales como extranjeras.
Las capturas de Nocella, principal enlace de varios clanes mafiosos italianos con el narcotráfico colombiano, y de Belvedere, buscado en 196 países, resaltan la gravedad de la situación.
Villa enfatizó que Medellín no debe ser un refugio para criminales, ya sea de Colombia o de otras partes del mundo. Este esfuerzo no es nuevo, ya que en septiembre se detuvo en Rionegro a Marcel Mühlkamp, un capo alemán clasificado entre los más buscados de Europa.
La presencia de estos capos en Medellín refleja una compleja red de crimen organizado que se beneficia de las dinámicas locales y globales.
Las autoridades están decididas a desmantelar estas estructuras y a reafirmar que la ciudad no será un santuario para el crimen.
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