Un grupo interdisciplinario de investigadores de la Universidad CES está dando un giro innovador al campo de la salud ocular. Su objetivo: crear un perfil de biomarcadores a partir de lágrimas, revelando los impactos del daño ocular causado por la contaminación del aire.
El objetivo de los investigadores es detectar signos tempranos de daño ocular
Este proyecto, liderado por docentes y estudiantes de Medicina, Ingeniería Biomédica y Optometría, está marcando pauta al utilizar métodos alternativos a la experimentación animal. En lugar de ello, las células de la córnea son sometidas directamente a diversas sustancias presentes en el material particulado del ambiente, replicando así las condiciones reales de exposición.
Andrés Pareja López, director científico de la Unidad de Toxicidad In Vitro (UTi), resalta la importancia de este enfoque, “La UTi se encarga de toda la parte experimental mediante métodos alternativos a la experimentación animal, nosotros trabajamos con las células directamente de la córnea y las exponemos a diferentes tipos de sustancias. Desde el programa de Optometría se encargan de interpretar la información para predecir qué puede pasarles a las personas que se expongan a los contaminantes del aire”, precisó Pareja.
El corazón de la investigación radica en la detección temprana de patógenos y procesos biológicos asociados al síndrome del ojo seco, una condición cada vez más prevalente en áreas urbanas afectadas por altos niveles de contaminación atmosférica.
Sandra Durán Cristiano, docente del pregrado de Optometría, adscrito a la Facultad de Medicina de la Universidad CES, indicó que el objetivo a mediano plazo de este estudio es establecer un perfil de biomarcadores, es decir, señales en el cuerpo que pueden brindar información específica de una enfermedad, que se midan a través de la lágrima y detecten signos tempranos de daño ocular antes de que los síntomas clínicos sean evidentes.
Según los investigadores de la Universidad CES, aunque se espera que los resultados completos estén disponibles para 2025, la divulgación de estos será continua a medida que se obtengan hallazgos significativos.
“De los elementos más importantes cuando uno hace investigación es que más allá de que salga un producto final, es que a medida que pase el tiempo salgan resultados que se divulguen a la comunidad científica, pero sobre todo a la población, ya que son herramientas que se le pueden brindar a la ciudad para que tomen decisiones en salud pública”, precisó la docente de Optometría.
Este avance científico, que podría potencialmente salvar la visión de millones de personas expuestas a la contaminación del aire, marca un hito crucial en la lucha por un futuro más saludable y sostenible. Las lágrimas, una vez símbolo de dolor y tristeza, ahora se erigen como mensajeras de esperanza y prevención en la batalla contra la polución urbana.
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— Hora13 Noticias (@hora13noticias) April 13, 2024
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